Un grupo de empresarios mexicanos anunciaron su determinación a no hacer negocios con los tratantes de personas. Para asegurar que ninguno de sus productos o servicios esté hecho por víctimas de trabajos forzados, mujeres y hombres de negocios de México buscarán una certificación internacional “antiesclavitud”.
Durante el foro “Red Global de Desarrollo Sustentable: un camino para aprender“, organizado por Comisión Unidos Vs Trata y llevado a cabo el 19 y 20 de febrero en la Cámara de Senadores y Diputados, empresarios como Alberto Kibrit, Asesores de Consejo y Alta Dirección (ACAD), Empresa ETN y más, informaron que ya preparan sus negocios para convertirlos en espacios libres de trata de personas, un movimiento inédito en la historia empresarial del país.
Las empresas aliadas contra la explotación humana, dijo Alberto Kibrit, harán los cambios y refuerzos necesarios en sus cadenas de producción con el objetivo de obtener una certificación que otorga la organización Freedom Seal, encabezada por la sobreviviente de trata de personas y activista contra la esclavitud moderna, Rani Hong, quien colabora directamente con la Organización de las Naciones Unidas y participó en este foro.
La certificación Freedom Seal dará a los consumidores de industrias textiles, campesinas, tecnológicas, médicas, de transporte entre otras, la garantía de que el producto o servicio adquirido no se hizo con personas que hacen trabajos forzados, indignos, humillantes o con salarios debajo de la línea de pobreza.
Para obtener ese prestigioso sello, las empresas mexicanas podrán capacitarse con talleres, cursos y conferencias a cargo de sobrevivientes de trata de personas que trabajan en organizaciones de la sociedad civil como Fundación Camino a Casa, Pozo de Vida, Red Binacional de Corazones, entre otras, las cuales usarán los recursos de esas capacitaciones para invertirlos en más refugios para víctimas y la recuperación física y sicológica de sobrevivientes.
Rosi Orozco, presidenta de la organización Comisión Unidos Vs la Trata, aseguró que estas certificaciones deberán ir acompañadas de la aprobación de leyes que combatan las redes económicas y fuentes de ingresos de la delincuencia organizada dedicada a la trata de personas, por lo que urgió a los legisladores a diseñar una estrategia nacional contra este delito y favor de la prevención y atención a las víctimas.
Además de ese logro, el foro “Red Global de desarrollo sustentable: un camino para aprender” fue un punto de encuentro para discutir el compromiso de México para lograr la meta 8 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU: erradicar la trata de personas, el tráfico de órganos, el lavado de dinero que produce este delito y la procuración de justicia, la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres, un objetivo que el papa Francisco desde El Vaticano se ha impulsado para que se reconozcan como crímenes contra la humanidad.
Más de 130 asistentes, quienes representan fundaciones, instituciones públicas, grupos empresariales, organizaciones privadas e institutos académicos y de investigación, asistieron para prepararse en esta batalla global que cuenta con unas 50 millones de víctimas en el mundo, según Raza Jafar, cofundador de la Red Global de Sustentabilidad.
Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias en El Vaticano, y también fundador de GSN, dijo que la Red Global llegó a México para aprender del Protocolo de Reintegración que exitosamente han llevado a cabo las organizaciones de la sociedad civil gracias al marco normativo de la ley general contra la trata de personas, vigente desde el 2012.
Los esfuerzos en México para frenar el tráfico de órganos, dijo Sánchez Sorondo, no han estado a la altura de ese exitoso protocolo para rehabilitar las víctimas propuesto por Rosi Orozco, por lo que esperó que el nuevo gobierno combata la corrupción dentro de la Secretaría de Salud para frenar estas prácticas.