El delito de trata de personas genera víctimas, que requieren de atención una vez que han huido o han sido rescatadas. La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) estima que de cada 100 víctimas solo 1 logra es rescatada. Aquellas que lo logran, regresan a su vida, pero no vuelven a las actividades que tenían, existe un antes y un después de la trata de personas.
El “después” es el trabajo que se realiza en los refugios especializados. Pues la víctima que recientemente ha de salido de una situación de explotación comienza un proceso en el que empieza a entender lo que le ha sucedido, algunas en días, semanas o meses comprenden la magnitud del delito cometido en su contra.
A pesar de que hay diferentes tipos de explotación lo cierto es que fue su persona, su cuerpo el objeto del delito y fue en él donde la violencia dejó heridas mismas que pueden ser atendidas y deben de serlo, pues de otra manera las consecuencias, en la mayoría, tarde o temprano pueden causar una mayor afección.
El combate a la trata de personas va de la mano con la atención de sus víctimas, por lo que si se realizan operativos se debe contemplar la atención que requerirán quienes hayan sido objeto de este flagelo. Tal es el caso de OUR (Operation Underground Railroad), fundada en 2013, asociación que se dedica a rescatar a niñas y niños de la esclavitud, han logrado reunir a expertos en operaciones anti tráfico de niños, hombres y mujeres que pelean en contra de esta escoria. Al encontrar niños se encargan de canalizarlos en donde reciban la atención y además que se castigue a los responsables, por lo que siempre actúan en cooperación con autoridades quienes se encargarán de detener a los delincuentes.
La necesidad de tener refugios especializados se desprende de las características de este tipo de víctima, han sufrido violencia (en la mayoría de los casos), sin embargo no es equiparable con violencia intrafamiliar, han sido violadas sistemáticamente (no solo una vez); han sido privadas de su libertad y al igual que una víctima de secuestro temen por sus vidas por las amenazas, sin embargo al ser rescatadas sienten vergüenza y en muchos casos no quieren que su familia sepa lo ocurrido.
La experiencia de las víctimas al ser atendidas en refugios para mujeres y no especializados es que sufren de revictimización tanto por el personal como por las mujeres atendidas en ese lugar, por los estigmas sociales, la ignorancia y la falta de visibilización del delito en la sociedad.
Fundación Camino a Casa y OUR, han podido ver el fruto del trabajo que se realiza en refugios especializados, el personal de OUR, asistió al refugio y pudo platicar con chicas, convivieron y pasearon por la Ciudad de México. Esta reunión permitió a mujeres y hombres comprometidos ver el fruto de su trabajo.

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